Remojar las prendas de color con agua salada hace que los pigmentos de color se adhieran mejor al tejido.
Cuando tienes esa prenda preciosa, llena de color y que quieres que te perdure en el tiempo, un baño de agua fría (la prenda, claro está 😉 ) hará que los colores permanezcan más fijos, vívidos y duraderos a lo largo de su vida.
El cloruro de la sal fija los pigmentos al tejido.
Rellena un recipiente con agua fría y cuatro cucharadas soperas por cada litro de agua. Dale la vuelta a la prenda y déjala en remojo unos 30 minutos, NUNCA MÁS DE UNA HORA, podría llegar a estropear el tejido.
Después aclárala bien con agua fría, en este paso, también te aseguras si la prenda destiñe o no. Así, lo puedes tener en cuenta para futuros lavados.
Una vez aclarada, lávala del revés mirando siempre las indicaciones de la etiqueta, principalmente tipo de jabón y temperatura.
Ya verás, con este sencillo truco, tus prendas más coloridas las tendrás como nuevas durante muuuuucho más tiempo.